La infusión de manzanilla se usa tradicionalmente para tratar una variedad de problemas de salud, como insomnio, ansiedad, problemas digestivos (como indigestión y cólicos) y malestares estomacales. También tiene propiedades antiinflamatorias y calmantes, lo que la hace útil en el tratamiento de irritaciones de la piel y afecciones menores. 
Además de su uso medicinal, la manzanilla de flor se emplea en cosmética y productos de cuidado personal por sus propiedades suaves y relajantes.